Que haya pobres en una ciudad donde el alcalde dice que: “Le sobra dinero y no sabe qué hacer con él”, es cuando menos indignante.

Porque la pobreza de una ciudad como Valencia o de cualquier ciudad es responsabilidad del Ayuntamiento y de quien lo gobierna en ese momento. Es decir que no tendrían que existir ni asociaciones de caridad, ni organizaciones que se ocupen de estas personas.

Como trabajadora social entiendo que hay que dotar más partidas económicas, destinadas por ejemplo a, pisos tutelados, cheques de alimentos, medicinas, productos higiénicos y que los servicios sociales deben disponer de recursos humanos y sobre todo materiales para paliar estas necesidades básicas, ya sea de valencianos o de transeúntes.

Lo grave es que estos recursos se destinan a otras partidas que no hacen falta ninguna, salvo para cosas insustanciales que sólo afectan al uno por cien de la sociedad o menos.

Como chiringuitos que salen como hongos cada vez que cambia un gobierno.

Los que pagamos impuestos estamos hartos de ver cómo se destina nuestro dinero, a veces se tira a la basura haciendo algo y deshaciéndose a continuación, o ayudas que no se piden a Bruselas, o se piden fuera de plazo demostrando un grado de inutilidad difícil de digerir.

Por supuesto que sé, que estas personas están desarraigadas y que muchos rechazan albergues y ayudas, conozco muy bien la pobreza y eliminarla hasta erradicarla no es tarea fácil.

Pero lo que no hay es voluntad de hacerlo, no con el actual gobierno del Tripartito valenciano, de lo contrario al señor alcalde no le sobrarían cientos de euros jactándose de ello.

En Lo Nostre no nos quedamos en la mera crítica, eso sería muy fácil, aportamos soluciones, que a fin de cuentas es lo que el pueblo necesita y no cantos de sirena.

¿Quién necesita en Valencia una “Fira del Llibre” además catalán? Pues los doscientos que votan a Compromís y leen, el resto ni se acerca. ¿Una Cabalgata de Magas? La ven otras doscientas personas si llegan. ¿Libros editados que no lee nadie y acaban arrinconados en un trastero? Así podríamos seguir sumando un gasto superfluo que merma nuestros recursos y nos empobrece a todos.

Primero cada ciudadano debe tener cubiertas las necesidades básicas que son, casa, alimentos, sanidad, ropa, educación y si me apuran el ocio que se puedan permitir.

Mientras esto no se dé, estamos mareando la perdiz y cabreando a un pueblo ya de por sí sobrecargado a impuestos y pagos a lo largo del año.

Si además sabemos a ciencia cierta que esta recaudación engorda concejalías totalmente inútiles, pues el enfado va en aumento con la petición de nuevas elecciones para elegir a alguien con sentido común y menos ínfulas de Nerón.

Desde Lo Nostre proponemos que los servicios sociales, sean dotados de recursos humanos y materiales para tratar casos tanto individuales como colectivos y darles el apoyo económico y moral que requieran.

Cerrar aquellas asociaciones creadas simplemente para obtener subvenciones sin que se sepa muy bien a qué se dedican.

Por el contrario, dotar de subvenciones a instituciones centenarias que están haciendo la labor del Ayuntamiento hasta que éste pueda hacerse cargo convenientemente.

Crear redes de voluntariado para acompañar a personas ancianas o a gente que aún vive en la calle, algunos dirán que ya se hace, lo sé, pues redoblar esfuerzos y no solo en invierno sino durante todo el año.

Pisos tutelados con ayuda psicológica a personas con dependencia, ayuda a madres sin recursos, abriendo guarderías a coste cero, dándoles productos infantiles y alimentos para que ellas puedan trabajar o a padres que también los hay.

Acercar los recursos a los barrios, que no tengan que dar mil patadas hasta que el funcionario de turno los atiende y que la ayuda llegue rápido y no se retrase meses.

Y, sobre todo, construir una sociedad justa que no deje a nadie atrás y no un circo de tres pistas con trapecistas a lo loco como tenemos ahora.

Sólo cuando votemos sin ideología, nada más que con el sentido común pensando en el más adecuado para gestionar los recursos, cambiaremos esta nefasta situación. Porque los pobres, las personas sin recursos, no son juguetes rotos, están a nuestro lado, aunque vayamos demasiado aprisa para verlos o nos hayamos deshumanizado.

¿Seremos capaces de hacerlo algún día?