Los presupuestos municipales de Valencia crecerán hasta los 1.010 millones de euros, un 10% más respecto al ejercicio 2021.

La noticia así a simple vista parece que merece hasta un aplauso. Pero veamos con detenimiento…

La realidad es que el gobierno municipal del Ayuntamiento, dirigido por Compromís y PSPV, ya prevé recaudar más dinero en impuestos y tasas que en las previsiones anteriores al estallido de la pandemia.

Así pues, del total del presupuesto de 2022, cerca de la mitad estará financiado a cargo de los impuestos que pagan vecinos, inversores y propietarios en el cap i casal: 502,2 millones de euros. Una cifra superior a la prevista para este año -465,5 millones.

Cierto es que se volverá a la senda del progresivo aumento recaudatorio de los últimos años. Como también es cierto que el gobierno municipal ha congelado impuestos y tasas, si bien prevé que la mejoría económica en el marco de recuperación tras la crisis sanitaria dará un impulso notable a la recaudación impositiva.

El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, subrayó que esta mayor recaudación obedece a la “reactivación económica” y al “incremento de licencias urbanísticas y de actividad” e insistió en que no se ha tocado ni una sola ordenanza fiscal: no se han subido los impuestos, pero tampoco bajado, y ese es uno de los problemas.

El Gobierno Valenciano prevé la reactivación de la actividad económica que permitirá inyectar más dinero en las arcas municipales. En concreto las previsiones son respecto al Impuesto de Instalaciones, Construcciones y Obras (ICIO), que si en 2021 eran de unos 10 millones de euros; para 2022, alcanza los 15,5 millones de euros.

Las cifras para algunos apuntes serían las siguientes:

Para el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) se ha recogido un ingreso de 234,3 millones de euros, cuatro millones más de lo presupuestado en 2021; para el impuesto de vehículos, 37 millones de euros –uno más-; y para el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), 25,6 millones de euros -0,4 millones menos que en 2021-. Por su parte, las plusvalías previstas ascienden a 35 millones de euros, una docena más que este año, aunque se trata de una cifra similar a la del año anterior.

El caso de los ingresos por las plusvalías es otro tema, ya que se encuentra en el aire después de que el Tribunal Constitucional declarara inconstitucional el método del cálculo de este gravamen. Sin embargo, los presupuestos dicen que “No puede determinarse el alcance de la sentencia”, que admite que actualmente “existe una gran incertidumbre sobre el comportamiento de las estimaciones”.

El edil de Hacienda, Borja Sanjuán, valoró la “actitud” del Gobierno central en favor de los ayuntamientos y dijo que esta ha ayudado en la elaboración del presupuesto por la “reacción rápida” ante la sentencia del Tribunal Constitucional sobre plusvalías. En este sentido, apuntó a que el decreto aprobado por el Ejecutivo central para un nuevo cálculo del impuesto “ha hecho posible presupuestarlas”.

Lo Nostre firmó un acuerdo de colaboración con la Asociación contra el Impuesto de Sucesiones en la CV precisamente para tratar y mejorar temas como éste.

Las transferencias externas suben nada más y nada menos que casi un 20%, hasta los 442 millones de euros. De ellos, la gran mayoría -390 millones- proceden del Estado e incluyen el fondo compensatorio de financiación que reparte el Gobierno central, la compensación por menor recaudación de impuestos de actividades, la subvención a la EMT y otras transferencias menores. Además, el Gobierno Central, devolverá a la Comunidad los 8.5 millones de € que le debía por el incorrecto cálculo de la liquidación del IVA en 2017.

Queda claro pues que, en una época de recesión económica a nivel Nacional, la Comunidad podrá reducir su deuda, la cual se prevé quede reducida a 298 millones de €.

Pero la cuestión no es esa. La cuestión es, que, si hay un incremento de los impuestos en determinados sectores por el mero hecho de la recuperación de estos, ¿por qué no se han reducido los impuestos a los ciudadanos?

Esos ciudadanos a los que se les ha subido la luz, el agua, la cesta de la compra, la gasolina, el gas…

¿No será mejor que ahora mismo la población Valenciana pueda tener su dinero en el bolsillo para poder subsistir? Porque recuerde Sr. Ribó que las colas del hambre siguen existiendo.

Ya ni que decir tiene los recibos que han tenido que seguir pagando, incluso durante la crisis sanitaria, los negocios en cuanto al impuesto de Actividades Económicas. Teniendo en cuenta que el volumen de negocio había descendido tajantemente, ¿no hubiera sido de recibo su devolución? ¿o su paralización en este momento? La realidad es que, pese a que muchos de ellos lo solicitaron, tuvieron que seguir pagando ya que el cálculo es en base a los resultados declarados dos años atrás.

Así pues, nos encontramos con una Comunidad que es capaz de reducir su deuda, mientras la realidad de la población es que cada vez tienen menos dinero en su bolsillo con el que poder subsistir.

Ilógico, ¿no?

Desde Lo Nostre no podemos estar más en desacuerdo con el tipo de financiación que lleva a cabo nuestro Gobierno Autonómico. Pensamos que cuánto más rica y próspera sea la población, más próspera y rica será la Comunidad Valenciana. Al contrario, sólo generas personas dependientes de la paguita de turno del Estado y de lo que le puedan proporcionar en las colas del hambre.

En Lo Nostre no queremos una población empobrecida, una población dependiente. Porque ese no es el sinónimo de prosperidad, o por lo menos nosotros no lo entendemos así.

Lucharemos por recuperar la riqueza y la plenitud y nuestra Comunidad a todos los niveles.

¿Nos ayudas?