La violación es el mayor atentado a la libertad individual que puede cometer otro ser humano, ya que los animales no ejercen tamaña brutalidad entre ellos.

Hace unos días nos sobrecogió la violación de una menor en Iguala por lo execrable y la violencia que utilizaron los violadores. Actualmente está en tratamiento psicológico y ha perdido la audición de un oído, su vida ha quedado destrozada.

Cualquier violación es denunciable y por supuesto si detienes al violador la sentencia debe ser y no lo es por desgracia, cadena perpetua revisable.

En esta España esperpéntica que todos estamos consintiendo, el Ministerio mal llamado de Igualdad, tiene un presupuesto de más de quinientos millones de euros, precisamente para implantar las medidas necesarias para evitar en la medida de lo posible violaciones y ataques a la integridad física.

Ahora bien, según las estadísticas las violaciones se vienen incrementando desde hace un año de forma altamente terrorífica.

Entonces cabe preguntarse ¿Por qué? Pues muy fácil y sé que a algunos esta opinión no va a gustarles, están entrando hombres de un continente y de ciertos países donde la mujer no tiene ni alma y es moneda de cambio y factible de ser usada de cualquier manera.

Y no lo digo yo, lo dicen las estadísticas de algún medio valiente que aún no se ha dejado sobornar. A mayor entrada de ilegales aumenta el número de violaciones.

“Detenidos cuatro inmigrantes ilegales por una presunta violación en grupo en el sur de Gran Canaria” Tan solo uno de los cientos ya de ejemplos.

Pero la opinión pública es tratada como idiota y se le niega esta información, todo para que aceptemos que dejar entrar a verdaderos energúmenos es lo cool y que así Europa se mezclaron y todos vivirán felices y comerán perdices.

Lo verdaderamente escalofriante es que este experimento se está llevando por delante la vida y la inocencia de cientos de mujeres y niñas violadas ya en España. Hogares rotos, criaturas destruidas para siempre, culpables muchas veces en la calle porque son menores, o eso dicen.

Son las violaciones silenciadas, aquellas que los gobiernos nos ocultan para no crear alarma social, pobres necios en su maldad no comprenden que la alarma ya está instalada en la mente del ciudadano español que ve cómo sus hijas están a merced de malas bestias. Claro que hay violadores de aquí, siempre los ha habido pero el incremento de casos nos lleva a indagar mucho más y a encontrarnos con una realidad nueva.

Realidad que quien debe protegerte, ignora mientras saca el comodín de un viejo dictador muerto hace cuarenta años, para que no les señalemos como los verdaderos culpables de este drama que no cesa. Cuyas hijas y mujeres siempre llevan guardaespaldas.

Sin un partido fuerte a nivel nacional que cierre inmediatamente las fronteras, que sólo entre aquel que tiene un contrato de trabajo y viene a integrarse, estas violaciones seguirán incrementándose.

Porque no es cierto que huyan de hambrunas o guerras, entonces veríamos a muchos niños y a mujeres, no, lo que entra es un hombre joven sano, fuerte sin oficio ni beneficio, al que sueltan en las calles sin dinero y sin nada que hacer, el resto se lo dejo a ustedes a su imaginación.

Y si no alzamos la voz, protestamos y salimos ya a la calle, nuestras niñas y nosotras mismas hoy o mañana podemos ser violadas casi impunemente.

Tomemos conciencia de que una violación es un acto llevado a cabo por los más bajos instintos y sencillamente, no podemos permitirlo. Endurecer las penas y si es menor que sea juzgado al cumplir los dieciocho.

Que nada turbe nuestra pequeña fragilidad y menos que nada el mayor de los crímenes “La violación”.